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jueves, 26 de mayo de 2011

Estos días que llegan y pasan deprisa, uno detrás de otro, como días perdidos porque la vida no vale. Qué terrible dejarlos pasar sin que nos digan algo. Ayer invocabas una lluvia deseada, y hoy el agua trae el deseo de una lluvia diferente. Sólo han sido unas gotas pequeñas, tan dispares las unas de las otras. El cielo ocupado por la bruma y el calor, como si alguien estuviera encendiendo unas brasas. Pero, ¿ qué has hecho hoy que merezca guardarse? . 

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