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lunes, 30 de julio de 2012




Y si la lluvia anegara las últimas chumberas, y la tierra y los frutos se abandonaran a un nuevo destino, a la tormenta que arrastra los asientos, las convicciones, como si fueran frágiles raíces desprendiéndose, y nada tuviera la fuerza suficiente para permanecer abrazado a la tierra, bajo un sol que levanta las cenizas y no deja huella que no calcine el viento, avaro y bronco, y ajeno a cualquier misericordia.

domingo, 29 de julio de 2012



Falso es todo esplendor, esta mano de sol que ahora entra y levanta no sólo el cuerpo sino el ánimo, alejando las hojas del dolor, la mala memoria. Y sin embargo uno agradece siempre esta falsa luz al abrir los ojos, y este breve respiro, aunque sea tan fugaz como esa rosa que nace herida y vive en el pasado.

miércoles, 25 de julio de 2012



Ha llegado la noche. Su boca exhala un viento que aún quema, un viento que en algún lugar acompaña el sueño y lo transporta plácido, y aquí sigue hurgando en los cuerpos ya cansados, abatidos por el roce de la humedad y las llamas. Ha llegado la noche y ya no cesa en su empeño de ocupar la vida, cada hueco, cada mínimo espacio de esperanza. Casi no respiro. La piel no juzga pero delata. Los ojos quieren robar lo que no les pertenece, un brillo que reverbera y ciega si no miran de frente. Ha llegado la noche. Su boca exhala un viento que va quemando lo que ya está cumplido.

domingo, 22 de julio de 2012



Entre los poemas de Heberto Padilla y sus compañeros de generación, mientras suenan las notas de Roy Hargrove  y su disco La Habana, se ha colado inesperadamente Bertolt Brecht con sus Poemas y canciones. Primavera de 1938, escrito en el exilio, merece un alto en el camino cubano.  


PRIMAVERA DE 1938

Hoy, domingo de Resurrección, muy de mañana
una nevada azotó de repente la isla.
Había nieve entre los setos verdes. Mi hijo
me llevó hasta un albaricoquero pegado a la tapia de la casa
apartándome de una poesía en la que denunciaba
a quienes preparaban una guerra que
al continente, a la isla, a mi pueblo, a mi familia y a mí
se nos puede tragar . En silencio,
cubrimos con un saco
el árbol a punto de helarse. 

miércoles, 11 de julio de 2012


El dolor derramándose, piedra que golpea el hueso y lo astilla, es una razón para no creer en Dios si deja mi cuerpo y las voces que hubo sepultadas. La tierra guarda mejor el odio, lo administra como alimento, y nada desperdicia. Es pobre su memoria, y bondadosa. En nada me parezco. Por eso la maldigo.



lunes, 2 de julio de 2012


Lejos de París o de Praga, del viento de la Historia que sólo intuyes detrás de cada página, de los hechos que se describen con dolor y miedo, la vida queda atrás, y se pierde en sus propios pasos, aquí, en esta noche, bajo un cielo ensimismado que rebosa una calma inútil, es un alcohol que te adormece, una vieja máscara que no deja ver tu rostro.  Y dónde las provocaciones, la corriente que arrastra las palabras más allá del prado donde crece la hierba segura, tu alimento.  Lejos de París o de Praga, escondido entre la noche y un tiempo que no cuenta, vas dejándote caer en los brazos de aquellos que sujetan la bestia, aún a riesgo de ser un pobre diablo, el que mira tras el muro, y desea de otros la vida que no alcanza.

domingo, 1 de julio de 2012



Que las tijeras recorran cada pliegue, la orilla de la piedra. El óxido cayendo inútilmente como  sangre derramada o como el miedo que cruza la piel y rebosa en gotas de sudor, y deja su mancha .  Que tu mano siga la línea marcada como si fuera un patrón que se recorta en la mesa del sastre , o el cuerpo enfermo que necesita el cuidado de la ciencia, la cuchilla que saja la podredumbre.  Y si no deja que el fuego haga su trabajo, despacio, en silencio, pues se sabe dueño de todo lo que vive.