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miércoles, 21 de noviembre de 2018

NOCTURNOS

En este paisaje 
el viento 
lleva a las colinas
una voz que dice 
que todo desaparece.

Un paisaje  
sin frutos que caen
y rueden por el verde.
En este tiempo,
donde la palabra
se esconde
los sueños ocupan 
un espacio pequeño.

Ahí, en la casa
que ayer celebraba la vida,

vive silencio.


lunes, 5 de noviembre de 2018

LA NIEVE DE LOS INOCENTES

I
De noche 
los copos mueren
sobre un tapiz de leña
y la oscura
humedad de la pinaza.

No rompe
el silencio
tanta indiferencia,
sólo oculta las huellas
de los animales,
los sentimientos
más débiles.

El piso de madera
lleno de raíces,
los sueños ahogados 
en una pequeña charca.

El fuego respira
escondido 
tras la puerta.

Y oigo a los hombres 
mover la nieve.

Al viento salir 

de sus pulmones, 


charamuza 
revoloteando.



II

Sigue nevando.
Los copos destellan
aunque es de noche.

La mano que levanta
el picaporte
no conoce la casa

Unos ojos caídos
observan la llama.
En su interior
habitan bolboretas.

Alguien sube
las escaleras.
Sus pasos, cada vez,
más cerca.

El que entra,
y saluda,
lleve en sus ojos
la tristeza.

La noche viene
con alas negras.








III


Oyes la nieve,
como la oye el pájaro
que no vuela,
o la hormiga
bajo tierra.

Oyes sus quejas,
ante una despedida.


Oyes la nieve
como oye mi cuerpo
otro cuerpo,
la vena el latido
de la sangre.

Oyes la nieve,
y no sientes
ninguna pérdida.

Solo la fiebre

del sentir.





miércoles, 3 de octubre de 2018

LAS DEUDAS QUE EL TIEMPO TE RECLAMA


Las deudas que el tiempo te reclama
ahora que los perros retuercen sus colmillos.

Aquí, en este solar vacío
el viento y la lluvia,
y un papel envuelto en llamas.

Las deudas que el tiempo te reclama
y cierras la puerta
y apagas las luces que quedan temblando,
para que nadie vea
y nadie piense que tu carne
no es tu carne, 
que no vale la pena el esfuerzo.

Las deudas que el tiempo te reclama  
por tantas horas de sueño,
por la casa humilde, y la cocina de leña,
por el pan, y la palabra, y el amor
que enreda los días y las noches.

Las deudas que el tiempo te reclama
  

                                      por ser quien eres.

sábado, 28 de julio de 2018

EL FUEGO BLANCO

Los ojos heridos
como esos árboles que dejan caer sus hojas
y esperan pacientemente
a que pasen las lluvias.

Juntos contemplando el mundo,
los días oscuros y el fuego blanco, 
las palabras usadas y las nunca dichas,
o las que viven equivocadamente
y ocultan un río de cadáveres
más allá de la casa del amo.

Tú y yo con este amor
que significa algo, tal vez esperanza.
Un amor que convierte el miedo
en costumbre,
y hace la lluvia necesaria.

Un amor que abre los ojos
para que el recuerdo crezca,
como una canción
en labios de la muchedumbre,

en la dicha de todos.  

jueves, 8 de marzo de 2018

LETANÍA.

De qué oscuro dominio llega este cante,

de qué antigua herida  
                                        
estos tangos

que traen amargura.



Hoy, ha muerto

                             Antonia, la negra.

jueves, 15 de febrero de 2018

STILL LIFE


No hay instrumento ni caja de música
que pueda revivir el pasado.
Los objetos que cuidan 
celosamente mi vida 
son estas pocas herramientas:
una piedra de afilar, la horquilla 
de cuatro dientes, 
los rastrillos de madera, y un recipiente 
en el que duerme el agua. 

Las ramas del manzano 
trepan por un huerto imaginario.
El sol baña los frutos 
cuando caminas por un suelo de madera
como si fuera un prado de hierba.

Las risas de las mujeres  
y el júbilo del aguardiente entre los labios.
Ellas son el laúd y la vihuela
que no han sido parte de mi vida,
sólo páginas aprendidas,
una sombra en un viejo tapiz

que cuelga de una pared extraña.

martes, 13 de febrero de 2018

LAS HOJAS MUERTAS


Todo lo que ví,
en aquel lugar, 
lo guardé  
en secreto. 

Y ahora 
regresa.

Las voces 
preguntan 
por alguien
que no conoces.

Vuelven  
perdidas 
a un lugar 
que es otro.


En la memoria
nada 
sobrevive.

domingo, 4 de febrero de 2018

LA MEMORIA INDEFENSA


El viento en la casa del otro.

La luz brilla con fuerza
en este valle, 
los frutos dormidos 
y la lechuza.

El viento entra en la casa.

Tú vas descalzo
del cuarto a la cocina
en busca del recuerdo
que hierve en la sangre.

Pero no puedes 
salvar la distancia.

Oyes un ejército de nubes  
en la colina.

Avanzan deprisa. 

Los árboles ateridos,

la memoria indefensa. 

lunes, 29 de enero de 2018

El pasado es una tierra extraña, muy extraña.
                                                                                   Edward Thomas

COMO AYER

Ahora sé que aquel candil con los cristales rotos
y el humo que desprendía la mecha de aceite
hacían más pequeño el mundo.   

Y sé, también, que nada ayuda
                                         a caminar bajo la lluvia.

Los pies hundidos en los bulleiros
y los brazos levantando el candil 
mientras los sapos cruzan asustados

                                                 delante de ti.

Tú, que creías que las letras en una pizarra,
cosidas con hilo blanco,                         
                                      iluminaban la noche.


sábado, 27 de enero de 2018

                                             Si yo fuera el dueño de este paisaje
                                                                       Edward Thomas

SI YO FUERA EL DUEÑO DE ESTE PAISAJE


Os Muiños, o Alaxe, a Moreira, 
prados donde se oye crecer la hierba
y a los grillos tejer su melodía.
Allí, la guadaña muerde el verde
dejando un lecho fresco
mullido en el corazón de la tierra.
El vuelo acrobático del saltamontes
te deja, ensimismado,
más allá de lo que miran tus ojos:
una madriguera, 
un laberinto donde imaginas el reino.
“Si yo fuera el dueño de este paisaje”
donde crece el centeno y la cebada, 
en las laderas del valle  
entre castaños y robles, 
allí donde se esconde el mirlo,
“se lo daría todo a mis hijos”.
La canción que oigo al alba, 
cuando la niebla me despierta
es la misma que soñé entonces,
y la que soñarán ellos mañana.
El fuego encendido, una hogaza de pan, 
la leche hirviendo, mientras cruza el mirlo,
dueño de los caminos del cielo, 
os Muiños, o Alaxe, a Moreira.
Ese mirlo que verán mis hijos
cuando yo no sea más que un recuerdo,

una tenue luz en su memoria.