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domingo, 21 de junio de 2020

DUDAS SOBRE LA VERDAD.

Y comprendió que todo aquello 
no era tan importante:
un bocado que aleja el hambre, 
la luz de cualquier cerradura,
débil como la carne, o el hueso
                                                abandonado.

Y qué hacer si las caricias  
las deja el sol desnudas 

como si fueran hielo entre unas redes.

Extraña perfección
promete la escritura.


Un cuadrado en tus manos 
enferma de melancolía.

Aquí, al jornal que te pagan
                                        
                                      le llaman verdad.

jueves, 14 de mayo de 2020

ANNONE Y GIACOMO BARABALLO

Se oyen las carcajadas de la plebe
al paso de la gran comitiva.
En silla de oro
el poeta Giacomo Baraballo
recita unos versos
                             sobre un elefante.

Rafael Sanzio lo dibujó pequeño
y con rasgos de hombre ridículo.

El animal tenía también sus rarezas,
era albino, un extraviado del orbe,
imperceptible, sin embargo, 
en las líneas del maestro de Urbino.  
                                                                
Por las calles de Roma suenan los vítores.
Annone y Baraballo han quedado
inmortalizados para la historia.
Y nadie juzga la indolencia
del todopoderoso León X.

Cuántas veces el poeta 
recodará la gloria que ese día 
le arrebataron.

Cuántas, las lágrimas cayendo

                   del cuerpo de Annone.


domingo, 10 de mayo de 2020

Para Antonio González Pérez


La poesia que tanto amo sólo puede ser
una fugaz y delicada acción del ojo.
                                           JW

TRATADO DE LA INOCENCIA

Vuelve a sentarse sobre las tablas del árbol
serradas con la precisión de un cirujano de pueblo.
Dos vacas rubias o negras, el color es lo de menos,
tiran del carro por el camino da Besada.
Las piernas se balancean en el aire
                                   mientras cae un sol de justicia.
Una palabra que oye  - sin entender nada-
en la lectura del domingo,
también sus piernas al aire y las rodillas
en los descansaderos  
                                                              del árbol.


El camino queda atrás, y el huerto de Don Ángel
no tiene árboles sino confituras frescas 
                                             en bandeja de plata.

Van sus ojos recomponiendo el mundo: os lameiros,
las tierras con flores de nabo, y de patata,
el trébol húmedo de la noche para la corte,
y más prados en el horizonte
y castaños en la ladera que saluda el sol.

La memoria es una boca de tierra.
Devuelve o no la vida. A veces llena de moscas y tábanos,
limpia,sucia,
                             según el día.

Sentado sobre las tablas del árbol mira sus manos.
No son las mismas. Han crecido pero siguen siendo inútiles
para el trabajo.
Quisiera tener la destreza para hacer con ellas
alguna cosa seria: sembrar trigo, cerrar la herida del tejado,
arreglar la rueda que ayuda a hacer más largo el viaje.

Pero ahí sigue, contemplando el camino;
las nubes cierran el paso a un sol radiante,
parecido al que ayer relucía entre sus manos.
                
Aunque a él no le importa que sea más viejo.   






domingo, 19 de abril de 2020

FALSA ÉGLOGA, XXI.
Que nos coge y arroja en el silencio


Has ido escondiendo tu cuerpo entre sombras.
El sol pequeño, los árboles, los pájaros, 
y el murmullo del agua
como en una sonata de otoño.

Tu mirada huidiza frente a lo que no fuera
vida y entusiasmo.

Lo que has leído, apenas roza la piel.
No hay sangre derramada que conozcas,
ni sueño accidentado
                                que astille tus huesos.

“Que nos coge y arroja en el silencio”
dice el poeta. Y tus pasos equivocados
creen dirigirse a ese lugar.

Pero ahí, no hay rastro de dolor.
                              
                                       Nadie te espera.  



miércoles, 15 de abril de 2020

FALSA ÉGLOGA XIX
Esta flor solitaria

Ves esa flor, amigo. 
La he cuidado 
mientras tú estabas ausente.

Y es justo ver la dicha en ella,
ahora que se oculta 
en la corriente fría de la noche

Ay, pero su  belleza, 
¿no representa 
          la belleza del mundo?

Cuando todo 
nos haya abandonado,
¿crees que seguirá ahí?
como esos juncos apostados
en la orilla.   

domingo, 12 de abril de 2020

FALSA ÉGLOGA XVII

Tras de los árboles sin culpa
un hado adverso…


No eres dueño de nada,
ni siquiera
de esta interrogación
que no sabes ni cómo 
                    
                   se escribe.

La luz seca
en la azotea,
el jardín abandonado.

Y la no luz, 
ésa que obliga
a dejar los sueños
                            a salvo.

No nacidos.


jueves, 9 de abril de 2020

FALSA ÉGLOGA XVI
Comienza siempre de nuevo la nunca alcanzada alabanza

Alabado el día
y aquella que con su presencia 
hace posible un cielo sin nubes, 
y lo más cercano a mi
que es su cuerpo.

Alabada la sangre 
que circula como lluvia,
y el aire que renueva la pureza,
la quietud del agua
en un vaso inestable.

Alabada la misma voluntad
que nos hace mejores. 
Y ese fuego,
un animal doméstico.

Y alabado el sueño
de comenzar la jornada,
cada cual a lo suyo,
haciendo del trabajo
la menos dolorosa razón
de la existencia.


Y siempre alabada 
la nunca alcanzada alabanza. 

viernes, 3 de abril de 2020

FALSA ÉGLOGA, XII. Este olor, su otro. 

Conservo la memoria de aquel olor,
y de un largo invierno. De la penicilina 
que extraen de una ampolla de vidrio
cuando los pulmones no funcionan.

Una cama solitaria en la pequeña habitación,
recién pintada. Se viste la pobreza
con el embozo blanco de las sábanas.
Los ojos en la bombilla desnuda.
Si aprietas la perilla, con forma de dedo cortado,
el mundo se ilumina.

Allí nacieron los primeros sueños.
Imaginar el paraíso era un recurso fácil.
  
Pero qué queda de aquel olor.
¿Quién se esconde, allí?  

jueves, 2 de abril de 2020

FALSA ÉGLOGA XI
Sé que el sol, va y viene, inquieto, husmeándome
entre los cañaverales.


Llamas esperanza a las voces
que rodean una luz pequeña,
la que esquiva el peligro 
en el camino
de la taberna a los establos.

Si hay oscuridad 
el sol espera al otro lado,
en el asidero de una mano amiga.

Las fieras agazapadas.

Y tú, sin saber aún dónde está 

                              tu fortaleza.

miércoles, 1 de abril de 2020

FALSA ÉGLOGA X.
La manzana es alianza del hombre y su deseo

Esas frutas tardan en madurar.
Si las coges fuera de tiempo
dejan un sabor 
                        amargo.

No ocurre lo mismo con las muchachas,
florecen cuando llega mayo,
sus vestidos, alas de mariposa,
sus labios perfilados de inocencia
y amor por las palabras.

Ellas fueron las que inventaron el lenguaje.
Los muchachos no conocían su existencia,
corrían por los prados,
                                          asilvestrados, 
ajenos a lo que no fuera
                                             el instante.

Un presente que solo deja tristeza.  


sábado, 28 de marzo de 2020

FALSA ÉGLOGA VII. Los motivos

Sin libros, ni partituras,
sin bellos paisajes
sobre el lienzo,
artificios que dibujan
una metáfora de la vida,
lejos del desamor y el odio,
y su luz como única compañía.

Sin nada de todo eso
la naturaleza me abraza  
y me susurra
cuanto necesito.

Seré más pobre,
pero esta tierra da sus frutos.
El árbol, el río, el ave,
son formas del espíritu.

Motivos suficientes
para seguir aquí.





viernes, 27 de marzo de 2020

FALSA ÉGLOGA VI. La sombra de las muchachas

Cuando no iban al río  
buscaban algún entretenimiento.
Primero, limpiaban la empuñadura,
después encajaban las piezas,
metían plomo y pólvora
y sacaban brillo a la recámara.

Mejor que el río era el monte,
pasado el "souto". 
Allí, en las tierras altas
el día nunca se esconde.

Ágiles como rapaces, 
sujetando la presa,
llevaban las armas 
para espantar el miedo.

Luego, bajaban por la ladera
recordando aquellos días,
un trecho cálido de hierba
y nubes blancas y cremosas.
Y a los pies del castaño  
se oían las risas de las muchachas.

Todo era muy literario.
Felices e ignorantes
                                   de la dicha

que aleja

                     cualquier amenaza.


martes, 24 de marzo de 2020

FALSA ÉGLOGA IV. El motivo de la oración

Abierto el portalón
un silencio de sacristía
protegía la hierba
apilada hasta la bóveda.

Detrás de la cortina
una montaña de patatas
y cebollas viejas.

Y enfrente, en el muro,
de un clavo de nazareno
colgaba una hoz pequeña 
y el cuerno
de la abundancia.

Todo era hermosamente
antiguo
como las voces
que sin estar presentes
                                 se oían

cuando los difuntos
arrodillados
                             oraban,
pidiendo a Dios
                        por sus hijos.

Por las cosechas.

lunes, 23 de marzo de 2020

FALSA ÉGLOGA III, El resucitado


Cada estremecimiento,
cada giro inesperado  
de su cuerpo
provocaba en el jergón 
una réplica.

Mas sólo la luz
despertaba
al crucificado,
allí, presente
sobre el cabecero
de la cama.

Los rezos de la noche
servían para obtener
el perdón.

Y los castaños,
y el río de aguas,
y las aves del paraíso
celebraban
la bendición

del resucitado.


Hasta el día siguiente.


domingo, 22 de marzo de 2020

FALSA ÉGLOGA I. El afilador

Saltan 
destellos.
                
La tierra los acoge
como si fueran
                       astros.

Su luz
es un misterio.

Como este dios,
creador de la tierra 
y el agua.

Del aire 
y de un fuego

que aviva la hoz

y la guadaña.

viernes, 20 de marzo de 2020

“Aquí no, tu dulce égloga aquí no”.
                                                                                  José Watanabe


DULCE ÉGLOGA         

El sol acaricia el cuerpo 
de un saltamontes,
y los pétalos de una flor.

Ningún deseo sobrevive
mucho tiempo.

Es la hora del canto.  

En otra cumbre 
un trino solitario
interrumpe la tormenta.


Ay, dulce égloga 
mira por nosotros.     

miércoles, 18 de marzo de 2020

SOLOS, NOSOTROS

Extraña es esta luz que nos aparta del mundo.

Oyes el lamento
de un tiempo que acepta el sacrificio.

Como en el fuego 
                                  la espiga enferma

jueves, 12 de marzo de 2020

Soy vieja y sé quién está coronado por la muerte.
José Watanabe


COSAS DEL CUERPO

Ninguna violencia
como ésta 
que mi cuerpo
ejerce contra sí.

El dolor sacude las venas.

Las rosas frías
en la mesa.

arden
como un esbozo
que recapitula

todo lo que fui.