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lunes, 29 de enero de 2018

El pasado es una tierra extraña, muy extraña.
                                                                                   Edward Thomas

COMO AYER

Ahora sé que aquel candil con los cristales rotos
y el humo que desprendía la mecha de aceite
hacían más pequeño el mundo.   

Y sé, también, que nada ayuda
                                         a caminar bajo la lluvia.

Los pies hundidos en los bulleiros
y los brazos levantando el candil 
mientras los sapos cruzan asustados

                                                 delante de ti.

Tú, que creías que las letras en una pizarra,
cosidas con hilo blanco,                         
                                      iluminaban la noche.


sábado, 27 de enero de 2018

                                             Si yo fuera el dueño de este paisaje
                                                                       Edward Thomas

SI YO FUERA EL DUEÑO DE ESTE PAISAJE


Os Muiños, o Alaxe, a Moreira, 
prados donde se oye crecer la hierba
y a los grillos tejer su melodía.
Allí, la guadaña muerde el verde
dejando un lecho fresco
mullido en el corazón de la tierra.
El vuelo acrobático del saltamontes
te deja, ensimismado,
más allá de lo que miran tus ojos:
una madriguera, 
un laberinto donde imaginas el reino.
“Si yo fuera el dueño de este paisaje”
donde crece el centeno y la cebada, 
en las laderas del valle  
entre castaños y robles, 
allí donde se esconde el mirlo,
“se lo daría todo a mis hijos”.
La canción que oigo al alba, 
cuando la niebla me despierta
es la misma que soñé entonces,
y la que soñarán ellos mañana.
El fuego encendido, una hogaza de pan, 
la leche hirviendo, mientras cruza el mirlo,
dueño de los caminos del cielo, 
os Muiños, o Alaxe, a Moreira.
Ese mirlo que verán mis hijos
cuando yo no sea más que un recuerdo,

una tenue luz en su memoria.