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sábado, 25 de febrero de 2012



Qué son las cosas, esta pared de cal, este caño cortado que no conoce el agua. Parecen predestinadas a no ser nada.  Si tuvieran voz , pensamiento, hoy me habrían dicho que no merezco esta luz. Sigo sin saber si ellas también sueñan como sueñas tú, si desean acomodar su cuerpo a la caricia , mirar esa flor que solo vive unos días y en silencio. Paso por delante sin saber qué son, qué sienten. Y este filo azul, inclinado por un error humano, contempla la lentitud y me dice que no soy, que nunca seré como esa rama dorada.  

lunes, 20 de febrero de 2012

En un mundo protegido los ojos se esconden bajo las aguas del mineral y reconocen la belleza, una razón que encuentra súbditos y fieles como si fuera un nuevo credo. El comedor de los desheredados abre sus puertas en la acera contraria, allí donde el sol no llega a calentar el aire pero sí las ramas más despiertas. Una piedra luce desnuda cuanto más se desea. A cambio de qué florece el almendro antes de tiempo. Sus hojas soportan mejor el frío y enseñan su alegre estampado, como esas jovencitas sus vestidos de nueva temporada. Con la misma alegría también miran los desheredados el cuenco caliente y algo reconforta sus cuerpos. He visto en sus ojos la sombra de un destello. 

domingo, 19 de febrero de 2012



Si fueran los días como esta pared humilde que guarda la luz del invierno y resiste el olvido, ni el frío ni las sombras podrían amedrentarnos.  

jueves, 16 de febrero de 2012

Si te levantas, y dejas que el tiempo quede atrás, oirás algunas voces enlazadas en la trama del día que comienza. El día, también nuevo para ti, con sus veloces contratiempos, sus carreras desbocadas, sus feroces intercambios. Si sales de ti, quizás puedas sentir, apartando la sal y el hielo, algún motivo para creer que hay algo que merece la pena. Aquí, a la intemperie, tu cuerpo resiste mejor el miedo que el dolor. 

jueves, 9 de febrero de 2012




Un sueño detenido entre el día y la noche. Un círculo cerrado lleno de frío y fuego como una pupila manchada. Un lecho donde las preguntas se quedan sin respuesta y se deshacen y dejan un rastro que borra el tiempo. Un pecho herido que reclama la caricia del sol, la piel perdida.

sábado, 4 de febrero de 2012

He podado el jardín. Las enredaderas están secas, desahuciadas desde hace demasiado tiempo. Sus tallos apretados no conducen el alimento. La madreselva todavía se aferra a las guías temerosa de su final. La cuchilla no sangra cuando corta los troncos de la planta como si fueran huesos abandonados. No sufre, me digo. Voy lentamente despojándola, deshaciendo un laberinto de sombras, un enjambre de miseria y polvo. No reprocha el descuido, el olvido que hace un daño irreparable. Y no maldice mis manos, ni me injuria. Pero cada corte se lleva un recuerdo, una parte de mi vida. Es triste saber que lo que fuiste también se perderá si no se cuida . 



viernes, 3 de febrero de 2012

No volverán los recuerdos como brasas encendidas, sin manchar la casa. La idea del bien, aterida de frío, se aleja buscando otro lugar, otro cuerpo que sepa de voluntades. Al abrir las puertas falsas pasan los recuerdos, ninguno de ellos trae consigo un poco de calor, ni el abrigo de la verdad. La noche y el día permanecen enmudecidos esperando quien los salve.