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martes, 28 de junio de 2016

UNA CIUDAD

Sólo el amar, sólo el conocer
cuenta, no el haber amado, no el haber conocido.
                                                  Pasolini

Este cielo de un color desconocido
y el viento que viene del desierto 
y deja medias luces 
                                sobre las azoteas.
Este cielo como besos soñados
en pequeños cuartos de una sola lámpara 
y sábanas lavadas hasta perder el brillo.

Y estos ojos que miran a las muchachas
como fruta robada,
y buscan en la nostalgia un sueño,
viejas ofrendas, ramos de nardos 
para que no lleguen las lluvias.

Este cielo de una ciudad de provincias, 
donde la mentira
no necesita máscaras, y la palabra se vende.

¿ Recuerdas, aquel día ?
cuando los hombres iban hasta el mar
para mirar en el agua su reflejo, 
las señales de una tierra prometida.



viernes, 24 de junio de 2016

Gracias, libertad

Libertad y angustia, así titulaba hace unos días Andrés García Ibáñez un artículo en el que hablaba de la creación, en la sociedad actual, donde el artista puede elegir lo qué decir y de qué forma, seguramente como en ningún otro momento de la historia. Pero la libertad no siempre se administra bien. A veces puede provocar vértigo, angustia, hasta parálisis. No desdeñes nada./Una rana le dio a Basho/su mejor poema. En estos versos del venezolano Rafael Cadenas descubrimos que más allá del tema o el asunto de una obra lo importante es lo que tú seas capaz de ver, y para eso tienes que tener tus sentidos bien despiertos, atentos a cuánto pasa por la vida. Nada desprecies por insignificante que sea, pues hasta lo más pequeño puede ser muy grande si tus ojos son capaces de mirar en lo profundo. Aprender a ver debería ser una materia a impartir en las escuelas de arte, muy orientadas al conocimiento de las técnicas artísticas.    
En este mundo que corre a una velocidad endiablada, donde se fabrican y se destruyen en un día miles de imágenes, y de sueños, donde la información de hoy estará mañana enmohecida, el artista trabaja con materiales perecederos. Nada garantiza el éxito de la creación artística, porque el arte es una búsqueda, en muchas ocasiones una búsqueda sin respuesta, porque no la hay o porque la respuesta es sencillamente esa búsqueda. Y es que la creación artística sigue siendo un enigma, solo sabemos que es verdadera si deja huella, si nos conmueve y emociona. Un rapto inexplicable, un soplo que acaricia algo dentro de nosotros, no sabemos muy bien dónde ni por qué, de ahí que lo llamemos misterio. Se escribe, se pinta, se crea desde la incertidumbre y la duda, desde la pérdida y el asombro, por lo que no se tiene, o por lo que se ha perdido. Es un viaje hacia dentro, en busca de aquello que está enterrado en lo más íntimo, lo que nos hace a cada uno seres únicos y diferentes, lo que de verdad somos, aunque tantas veces “cavas y cavas sin encontrar la piedra”. Pero no importa, casi siempre se aprende más del fracaso que de falsas y pírricas victorias. El halago en el arte es una caricia envenenada, pasado el momento de obnubilación una extraña sensación de realidad se apodera de ti. Nos empeñamos en valorar a los artistas como si fueran deportistas que alcanzan un lugar, un puesto, en una competición. Nada más ajeno al arte que esas clasificaciones y jerarquías. Me resultaría difícil elegir entre un cuadro de Javier Huecas o uno de Hockney, entre un Palazuelo y una obra de Pepa Satué. Más allá del mercado el arte sigue, gracias a la libertad, en manos de los artistas. Son los que templan la angustia o aprenden a vivir con ella.


martes, 21 de junio de 2016

EL LIENZO Y LA GUADAÑA

Este lienzo 
descansa sobre la hierba.

El sol pasa la mano  
sobre sus hilos 
y aleja, al menos, el último dolor.

La hierba, sin embargo,
se renueva cada año,
y brilla en cada brote nuevo,
Y en cada memoria.

Y no teme el dolor,
Ni la caricia
                      de la guadaña.

miércoles, 15 de junio de 2016

LAS COSAS RUSAS

Este frío se esconde en primavera,
- la primera estación que saluda un nuevo siglo-
en una voz cálida, la de un hombre viejo,
el que recuerda el joven Rainer,
entre la alegría de los pájaros

y el paseo, a una hora incierta
- hora de comer -  que ese día se aplaza
para poder hablar con los recién llegados.
La brisa acaricia
las mejillas de Lou, y sus palabras.

Y ya de vuelta, ese día se guarda
para siempre, como guardó
Boris Pasternak hasta su muerte, 
en un bolsillo, un papel escrito,
unas hojas azules:

                        “Lo que más quiero”.

sábado, 11 de junio de 2016

                                                           Para R.E.
HIERBA ENTRE LAS DUNAS

Aquí todo es amarillo
como la piel de un melón de Galia.
Las dunas ocultan el mar,
y las hierbas se esfuerzan en levantar el cuello
para ver una superficie
monótona y, sin embargo, bella.
Pero el viento
las dobla sin misericordia,
día y noche.

A veces, consiguen calmar sus golpes
en medio de tanta violencia.

Si aquí vive el mar, apenas se oye.
Parece libre en sus dominios 
cuando dulcemente pasa su mano
por las arenas de mi cuerpo.

Queman los frutos al mediodía.
Sigo el camino,
las huellas del fuego de ayer.

Un rastro de vida
espera la muerte de la sombras.

Su destino es el mío,
escondido

como hierba entre las dunas.

miércoles, 8 de junio de 2016

PIEL DE ESCRITURA

Triste sería
fiar a la literatura,
al ritmo conocido de la lengua,
la vida que más importa.
Ninguna palabra
pude dar noticia 
de aquello que fue.
Una prueba de verdad es ésta:
abrid la puerta de golpe
para que entre la vida  
y que sea ella
la que traduzca el amor,
y los ojos iluminados
por el dolor o la alegría,
en piel de escritura.