EL FUEGO BLANCO
Los ojos heridos
como esos árboles que dejan caer sus hojas
y esperan pacientemente
a que pasen las lluvias.
Juntos contemplando el mundo,
los días oscuros y el fuego blanco,
las palabras usadas y las nunca dichas,
las palabras usadas y las nunca dichas,
o las que viven equivocadamente
y ocultan un río de cadáveres
más allá de la casa del amo.
Tú y yo con este amor
que significa algo, tal vez esperanza.
Un amor que convierte el miedo
en costumbre,
y hace la lluvia necesaria.
en costumbre,
y hace la lluvia necesaria.
Un amor que abre los ojos
para que el recuerdo crezca,
como una canción
en labios de la muchedumbre,
en la dicha de todos.