FALSA ÉGLOGA XVI
Comienza siempre de nuevo la
nunca alcanzada alabanza
Alabado el día
y aquella que con su presencia
hace posible un cielo sin nubes,
y lo más cercano a mi
hace posible un cielo sin nubes,
y lo más cercano a mi
que es su cuerpo.
Alabada la sangre
que circula como lluvia,
que circula como lluvia,
y el aire que renueva la pureza,
la quietud del agua
en un vaso inestable.
Alabada la misma voluntad
Alabada la misma voluntad
que nos hace mejores.
Y ese fuego,
Y ese fuego,
un animal doméstico.
Y alabado el sueño
de comenzar la jornada,
de comenzar la jornada,
cada cual a lo suyo,
haciendo del trabajo
la menos dolorosa razón
de la
existencia.
Y siempre alabada
la nunca alcanzada alabanza.
la nunca alcanzada alabanza.
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