Todo hombre es el guardián de algo perdido, nos dice Fina García Marruz en un poema de su libro Visitaciones. Esta mañana un cañón de luz inundaba la casa. Y esa luz se perdía sin saber porqué. Con temor bajé las persianas para protegernos. A media luz se ven las cosas más reales, los ojos se acostumbran mejor a la verdad. Pensé en los espejismos, en la fiebre que acude a los cuerpos más débiles. La vida empieza a ser la cuenta donde sólo se resta, cadía día anoto algo de lo perdido. Y ahora esta luz, qué motivo tiene para entrar así en nuestra casa, para embriagarnos de falsas esperanzas.
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