Vistas de página en total

sábado, 25 de junio de 2011

Cinzas na manga dun vello. Esta noche no ha sido noche, el calor enmudecía el aire, y el cuerpo no se encontraba en ningún lugar, resignándose a pasar las horas de vigilia empapado, como el cuerpo de un animal que sabe que va a ser sacrificado. Los ojos se cerraban suplicando algún alivio, pero la oscuridad crecía , sin dejar un resquicio, un rincón frío en las sábanas mojadas. Así pasaron las horas, hasta que el día fue abriéndose y dejó un hueco por donde el aire entró despacio. El sueño retrasado duró poco, y sin embargo nos mostró cómo era antes la noche, y cómo éramos nosotros. Pero el sol pronto ocupó de nuevo la mañana. Entró con furia, arrepentido por habernos dado una tregua. La compasión es una virtud que no conoce. Y eso causa tristeza y dolor, no tanto por él, sino por nosotros, tan desasistidos e indefensos como esos animales cuando intuyen que ha llegado su hora .

No hay comentarios:

Publicar un comentario