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martes, 6 de septiembre de 2011

Tras una tregua, inesperada, que siempre resultó un engaño, vuelven los días de septiembre terriblemente húmedos, como si rezumara una herida abierta. Elijo al azar una palabra que cuente su historia, también ella tiene derecho a desangrarse. Y si es con luz el dolor parece menos profundo. Ese es el engaño, descubrir la muerte bajo las gotas de sudor y el sol abrasador sin la compañía al menos de esa niebla que va cerrando los ojos para que te acostumbres, para que puedas ir aceptando la pérdida. Y te consueles.

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