La luz despojándose de la noche, tan delgada y fría como
una tripa de cerdo sumergida en el agua. Los árboles despertándose, como animales
cansados que no recuerdan la herida. Y los hombres caminando detrás de un sueño. Sin darme cuenta , intento abrir los ojos para
sentir el tiempo , señor de todas las cosas, de la luz y las montañas. La noche, entonces, se aleja, vive sólo en el
recuerdo, lejos de aquellos hombres que
caminan y siguen los pasos del río, una brecha abierta en la corteza, hacia un
destino que nadie conoce.
Hola Ramón.
ResponderEliminarMe encanta el texto, repleto de metáforas. Los árboles despertándose, como animales cansados que no recuerdan la herida. Genial.