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martes, 19 de junio de 2012



La luz despojándose de la noche, tan delgada y fría como una tripa de cerdo sumergida en el agua. Los árboles despertándose, como animales cansados que no recuerdan la herida.  Y  los  hombres caminando detrás de un sueño.  Sin darme cuenta , intento abrir los ojos para sentir el tiempo , señor de todas las cosas, de la luz y las montañas.  La noche, entonces, se aleja, vive sólo en el recuerdo, lejos de aquellos hombres que caminan y siguen los pasos del río, una brecha abierta en la corteza, hacia un destino que nadie conoce.   

1 comentario:

  1. Hola Ramón.
    Me encanta el texto, repleto de metáforas. Los árboles despertándose, como animales cansados que no recuerdan la herida. Genial.

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