Vistas de página en total

miércoles, 3 de agosto de 2011

De sur a norte, o más exactamente del sureste al noroeste, no sólo cambia el paisaje y la temperatura, las nubes, o el viento,  también cambia uno , como si el que eres tuviera que adaptarse , y acomodar la mirada, y el pensamiento a lo que examina. Y si eres aquello que miras,  también eres lo que reflejas. La hierba del prado casi seca, los robles algo más desnudos, te dan la bienvenida. Mañana, la luz dirá dónde estamos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario