Cómo deja el tiempo señalada la piedra. De ahí este silencio encendido, estas huellas que resisten el sol y la lluvia, el viento que trae olvido. Qué palabras dichas, susurradas, guardarán estas piedras. Qué engaños y deseos no cumplidos permanecen aquí cubiertos de musgo, bajo estas sombras que pugnan por no desfallecer. He oído la música que deja el viento cuando pasa, cuando reconoce en esas hojas caídas su cara y su cruz. El viento , el único forastero que regresa , sin miedo, para hablar con los ausentes, los que dejaron aquí sus sueños enterrados entre piedras mudas, y que hoy se defienden como pueden.
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