construimos inútiles artefactos para vencer el
miedo,
pero todo se va quedando anticuado,
pobre, inservible…
un miedo sustituye a otro, y exige un artefacto más
sofisticado,
mejor adaptado a las necesidades contemporáneas...
sin vértigo no hay latido, y cada uno valora la altura
que redime, la
que justifica si vale o no vale la pena
tanto penar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario