QUIÉN
FUE, EL QUE TE SIGUE.
No
he podido sostener la luz
por
más tiempo,
ni
la mano que necesita
otra
mano más fuerte
para
asomarse
a
esos acantilados
donde
las aguas
atraen
como un imán
la
carne,
los
ojos ensimismados.
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