Me descuido con suma facilidad, me abandono , como si el camino trazado, ése que fijan unos límites
impuestos , no tuviera ningún interés , ningún misterio. Salirse de los senderos
conocidos en busca del arrabal que ofrece al menos el temblor
me devuelve a la vida, como esas luces perdidas entre el frío que guardan más
que una verdad, las verdades de todos. Y luego regreso hacia las mismas
contradicciones, resignado, seguro de no caer tan fácilmente en el engaño.
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