Días inconstantes, de viento que deja su estrépito y
quiebras tallos y ramas. Días de sol a destiempo como una mano
desconocida que acaricia inmerecidamente. Días de niebla, triste y extraña,
deshaciendo la verdad, ocultándola , como una enfermedad que mancha los ojos. Días
como tú, inconstantes, huidizos. La misma
desesperanza frente a lo inestable, frente
a vértigo que dices que justifica tu silencio, y tu deriva . Sólo queda la
espera, y matar el tiempo con sus mismas armas: desorden, desobediencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario