CAMARADA
El
portal de la nieve, ilustre camarada, no nos distrae
cuando
diciembre agita los brazos, y el sol aún se levanta.
Pero
no somos un ejemplo de delicadeza.
Creemos que la sinceridad acerca estos últimos
rayos de un sol necesario.
Ahora
se posan sobre la piel de la caballa. Un plato humilde
lleno
de raspas, de carne recia como nuestras convicciones.
Utilizamos
las herramientas más antiguas,
la
palabra como una fusta para arrear los animales,
un
buey y una mula.
La
civilización nos ignora. Y nosotros a ella.
Si
cumplimos con algún mandamiento es sólo por pereza.
Hijos
de la revolución, y de las banderas gastadas.
Todo
empeño por ser más justos, equilibradamente
razonables,
es un bozal , una soga que abraza la lengua.
Será
que somos un ejemplo
que nadie sigue.
Cuando la sinceridad es mala educación...
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