No envejeces como nosotros. Por eso dicen que no conoces el sufrimiento, ese estado del alma que lleva a la plegaria, a querer encontrar en el otro un hueco, un resquicio donde cerrar los ojos mientras llegan tiempos mejores . Y sin embargo creo que sientes dolor cuando te amenazan. La mano que ignora y desprecia arroja sobre ti los desperdicios, la basura que nadie quiere cerca de su casa. Y cuando los más jóvenes buscan un lugar, apartado del mundo, para sentirse libres, no saben que mañana el destino los arrojará contra los arrecifes, lejos de las estrellas, y las soledades.
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