DAÑOS COLATERALES
El
viejo filósofo se pregunta
qué
futuro estamos construyendo,
mientras
suena la música de Sade
y borra esta sombra en el espejo.
La
noche sin mancha, sin una caída
que
espere al otro lado,
extiende
sus brazos.
Traen
las palabras usadas
algo de extrañeza.
El
martillo
es una
herramienta equivocada,
luce en el estante de los objetos caídos.
La
soga que amenaza es de acero,
cumple
con su destino
sin
que nadie anude el lazo.
Feliz
servidumbre, la música
va
cubriendo las antiguas palabras
como una lluvia extranjera
como una lluvia extranjera
que
entra en la casa de otro,
y descubre el pasado.
y descubre el pasado.
Pero
qué importa,
he
guardado la hoz
en
un lugar seguro,
en
un tiempo que duerme
sobre
un lecho de amor,
y
no se despierta.
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