Miro las ramas de almendro en una fotografía que no sirve. Hojas calladas
esperando que el viento aleje las nubes. Nada que decir, cuando la tarde
también se refugia en este silencio. Acaso, ella , cruza ahora sus manos, como
si todo quedara por un momento sin destino. Quieto el mundo, parece justo en
esta distancia corta. Aunque lejos sigan los hechos , Gaza es un abismo, demostrando
el sinsentido, dejando más allá del ruido, el dolor en la memoria, el alfabeto
no escrito de la rabia. La vida vale el peso de una moneda, la voluntad de
alguien que es el dueño y que decide no cortar el árbol, para hacerlo cenizas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario