TIERRA EQUIVOCADA.
Devoro
la luz, su extraña circunferencia, su voz como la de una música
que
sin embargo llamara a reconciliarnos con el mundo. Devoro la luz,
su bella arquitectura, la de un cuerpo que despierta a la vida, sin
remordimientos.
El
aire se rinde ante una fuerza primitiva. Una fuerza que no juzga, ni desea
el
sacrificio, pero cose con hilo de sangre.
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