ALBADA Y RÉQUIEM
Finge
el horizonte un perpetuo renacimiento, como una pieza musical que
agota
al intérprete y le exige estar en forma.
al intérprete y le exige estar en forma.
La
costumbre nos distrae del verdadero sentido de las cosas.
Una flor se abre con piel desnuda, casi líquida. Y es un espejismo su esplendor,
esas notas que descienden en busca de una noche plácida, sin turbulencias.
Una flor se abre con piel desnuda, casi líquida. Y es un espejismo su esplendor,
esas notas que descienden en busca de una noche plácida, sin turbulencias.
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