A Paco Alcaraz.
FLOR,
PÁJARO, FLECHA.
La
flecha señala una sola dirección,
un
solo destino.
A ambos
lados, custodia la piedra
el
camino trazado y lo que permanece mudo,
el
enigma que no causa en ti temor
ni
sobresalto.
Abres
los ojos en otra dirección.
Lo
que queda atrás
construye
el pasado, la boca que alimenta
el
deseo, sin reproches, sin remordimientos.
Tus
ojos se acomodan a la luz,
siempre
nueva,
como
si fuera un cuerpo tendido
que
busca en el regazo
el
calor que otro cuerpo le entrega.
Lo
que otros consideran un error,
el
desajuste entre dos formas
de
establecer el rumbo,
es
para ti
un
motivo de celebración.
Tu
vida es una curiosa insistencia
que
niega el aroma
asignado
a la flor, al pájaro, a la flecha.
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