Cómo el camino que otros han desbrozado antes puede
ser el camino elegido. Ayer las fotografías de Paco Gómez en el CAF de Almería
me sorprendieron sobre todo por un lirismo poco frecuente, casi tenebroso, por
los contrastes llevados hasta los límites de la oscuridad. Pero no forzados sino encontrados
en la realidad misma. Y a pesar de esa mirada posada en la más recóndita sombra
siempre quedaba un punto de luz , una abertura por la que respirar. Ese albor de
luz constituía el principio y el fin de la fotografía, sin ella nada sería lo
mismo. Allí, sólo allí, estaba la esperanza de lo aún posible.
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