Y
LO DEMÁS
Como
una luz pequeña que has de seguir,
sin
ayuda, sin instrucciones que digan
qué
parte de ti se queda,
y qué
estrecho camino entre esos arrecifes
pueden
seguir tus pasos.
O
como el reverso de esa luz
que
no sabe de ceremonias,
ni
vestuarios, ni adulaciones,
que
cumple con un mandato
y
lleva la rosa que crece
entre
los escombros
a más olvido.
Allí
donde lo que no ha de morir
resiste
la embestida.
Y
lo demás es humo, polvo, nada.
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