LAS COSAS RUSAS
Este frío se esconde en primavera,
- la primera estación que saluda un nuevo siglo-
en una voz cálida, la de un hombre viejo,
el que recuerda el joven Rainer,
entre la alegría de los pájaros
y el paseo, a una hora incierta
- hora de comer - que ese día se aplaza
para poder hablar con los recién llegados.
La brisa acaricia
las mejillas de Lou, y sus palabras.
Y ya de vuelta, ese día se guarda
para siempre, como guardó
Boris Pasternak hasta su muerte,
en un bolsillo, un papel escrito,
unas hojas azules:
“Lo que más quiero”.
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