VIEJAS PALABRAS.
El
frío que ayer cogí en mis manos
y esa
flor helada
alimentándose de cadáveres
alimentándose de cadáveres
-la
piel, el pelo, los dientes, los huesos-
restos
que has ido viendo en el camino
hasta
subir
a la
cima de la montaña,
y desde
allí descubrir
otras
montañas más altas.
Y ahora,
tienes que regresar,
deshacer
el camino
intentando
encender unas ramas
con
las que iluminar la noche,
sin
saber que no arde
lo
que está mojado,
que
sirve de muy poco
vestir
el miedo,
defenderse
del tiempo,
y sólo
con estas viejas palabras:
fuego,deseo,esperanza.
fuego,deseo,esperanza.
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