UNA
EDUCACIÓN EN EL ERROR.
El
dolor me señala el falso camino,
y me
señala el error,
las
luces equivocadas
que
mi mano acaricia.
Este
sol, nada dúctil,
ajeno
a las preocupaciones
y a
los sueños del hombre,
va
y viene sin sentir los reproches.
Todo
acto contiene el futuro
como
el agua que lleva la corriente.
Soy
el siervo, el mendigo,
de una filosofía
que
quiere limpiar las raíces,
y levantar
estas hojas caídas.
Pero pido
perdón.
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