A pesar del
frío - mis pies tienen la temperatura de la piedra gris que piso - esta quietud
que ahora llena las horas, y se contagia según oigo las notas que salen
dulcemente de los pequeños altavoces, y ésta más extraña certeza que reina
en algún sitio, no muy lejos, mucho más cerca que otras veces, y que ahora también llega y me
habla, no sé porqué motivo, ni hasta cuándo. Y es que, a pesar del frío, este
enero quiere convertirme. Y me halaga, y lo escucho, sin ninguna esperanza.
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domingo, 27 de enero de 2013
lunes, 21 de enero de 2013
Alguien que no soy yo
ALGUIEN QUE
NO SOY YO
Alguien que
no soy yo enciende el fuego
para borrar el
rastro que delata
y muestra
los errores.
Pero las
llamas alumbran sólo miseria,
los días que
también se esconden
porque saben
que miento,
perro
temeroso
que lame la mano de su amo.
que lame la mano de su amo.
Cerca de las
sombras que crecen a mi lado
una pared guarda
aquellos nombres,
y retiene mi
paso.
El tiempo avanza
con un
inusitado desprecio,
solo la
visión del fuego
cierra mis
ojos, y los abre ,
y sólo
entonces mundo y sueño
parecen
caminar juntos,
borrar cualquier
ofensa.
De sus
cenizas surge la belleza,
una forma de
arrepentimiento.
martes, 15 de enero de 2013
Detrás está un enjambre, la disciplina que se autoalimenta, y los horarios y las obligaciones supuestamente necesarias. Regreso por el sendero que no parece seguro, los árboles han crecido desordenadamente como queriendo cerrar el paso a los extraños que siempre vuelven, esperando encontrar a alguien que los reciba. La luz es una carne que se lamenta, un deseo sepultado . Nadie es libre en este mundo, ni en ningún otro. Sigo el sendero que cruza el umbral donde todo se acaba. Las voces pequeñas acuden abriéndose paso entre unas sombras voraces. Siempre el mismo bosque, y las mismas oraciones. Si al menos sirvieran para atenuar las sombras, la mordedura del miedo.
viernes, 11 de enero de 2013
Mas allá de una edad donde los años no cuentan y poco
importan las celebraciones, uno desearía que todo siguiera igual, en esta media
comodidad que resulta grata a los sentidos y nada convulsa. Sin fechas que
cumplir, ni calendarios que fijan las más absurdas conmemoraciones, dejar que
la vida pase irrelevante y banal como si se tratara de un ejercicio sin
respuesta posible y por eso inútil en su mismo planteamiento. Sólo así podría
uno sentir la paz perdida en estos días de obligada felicidad que nos confunde
y nos aleja de un camino tranquilo. Al margen de ese cántico de falsa solidaridad
y dudoso amor quizás podría construirse un mundo sin máscaras que ocultaran los
gestos de desprecio y resentimiento, de miedo y necesidad, esos gestos que
consiguen a veces alejarnos de la masa furiosa que sigue endiablada la
corriente de la virtud y la generosidad. Todo pasa demasiado veloz para
malgastar las fuerzas y este tiempo que nos ha tocado vivir, y que sin darnos
cuenta es ya pasado. Tan esclavos aquéllos que aún siguen conmemorando con entusiasmo
una epifanía, y alcanzan a ver más allá de sus ojos. Aquéllos que creen en un mundo mejor.
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